jueves, 24 de septiembre de 2015

El acceso a las exposiciones universales como referente en el paisaje

Puerta del Guadalquivir de la Exposición Universal de 1992

Desde que en 1851 se inaugurara en Londres la que está considerada como la primera gran Exposición Universal, hay una serie de elementos que se han ido repitiendo en las sucesivas muestras organizadas a lo largo del mundo. El recinto de las exposiciones siempre ha contado con una serie de pabellones organizados en torno a calles y avenidas que permitiesen el trasiego de los visitantes. Al ser un recinto cerrado, en la mayoría de las ocasiones se ha construido un elemento característico que sirviera como punto de referencia y en muchos casos una entrada triunfal a modo de acceso principal.



Postal con el recinto de la Exposición de París de 1889 (fuente)

Quizás el ejemplo más característico y universalmente conocido sea la Torre Eiffel, la imponente estructura metálica de trescientos metros de altura que sirvió como puerta de entrada a la Exposición Universal de París de 1889. Durante su construcción y en años posteriores el que ahora es el símbolo de la ciudad fue el blanco de duras críticas que pidieron su demolición calificándolo de "andamio gigante". Su valor artístico e histórico es hoy en día indudable, siendo un elemento fundamental del paisaje urbano parisino.

Arco de Triunfo de Barcelona, acceso a la Exposición Universal de 1888

Un año antes había sido la ciudad de Barcelona la que con su arco de triunfo había utilizado un acceso monumental como punto de referencia de su Exposición Universal. Diseñado por el arquitecto Josep Vilaseca, en su decoración escultórica participaron diferentes escultores como Josep Llimona o Pere Carbonell. Frente a la tradicional simbología bélica de este tipo de edificaciones, el arco de triunfo de Barcelona simboliza el progreso artístico, económico y científico. A día de hoy sigue siendo un elemento de referencia dentro del paisaje al igual que las balaustradas y bellas farolas que se extienden a lo largo del Paseo de Lluís Companys que desemboca en el Parque de la Ciudadela, donde se celebró gran parte de la Muestra.

Arco de entrada a la Exposición Universal de París de 1900
Acceso a la Exposición Regional de Valencia de 1909

Si bien otras exposiciones como la Universal de París de 1900 o la Regional de Valencia de 1909 también contaron con estructuras de acceso, su carácter efímero hizo que se desmontaran tras la celebración de las mismas. No ocurrirá lo mismo con las dos grandes exposiciones que se celebraron en España en 1929, la Internacional de Barcelona, ubicada en Montjuic y cuyo acceso monumental se ubicaba en la Plaza de España con dos grandes torres que imitan el Campanile veneciano de San Marcos y la Iberoamericana de Sevilla, en cuyo diseño original de Aníbal González aparecía un arco de triunfo que fue sustituido por su sucesor al frente de la Muestra, Vicente Traver, por una serie de pilares de ladrillo sobre base pétrea y artísticas rejas que flanquean las avenidas de acceso al recinto. En ambos caso, tanto en Barcelona como en Sevilla las monumentales entradas se han conservado como testigo de los eventos que acogieron.

Acceso al recinto de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929
Acceso al recinto de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929

La Exposición Universal de Sevilla de 1992 contó con varios accesos ubicadas en los extremos norte, sur, este y oeste. De las puertas de Itálica o de la Barqueta apenas queda nada y la de Triana fue prácticamente destruida en su totalidad para dar paso al complejo Puerto Triana. De las entradas que tuvo la Expo apenas se conserva la del Guadalquivir, una elegante escalinata cubierta diseñada por Guillermo Vilches Cocoví, autor también de la Puerta de Triana, de la que aún se conserva uno de sus extremos. En este mismo espacio, ahora amenazado por el proyecto que firma el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, permanecen dos de las bellas luminarias firmadas por Perry King y Santiago Miranda que creaban una frontera de luz a lo largo de todo el recinto de la Exposición. Estos tres elementos, la Puerta del Guadalquivir, lo que queda de la Puerta de Triana y las luminarias forman parte de nuestro patrimonio y son un testimonio de un acontecimiento de gran trascendencia en la ciudad. Conservarlos no sólo debería ser una prioridad para Sevilla, sino que su puesta a punto supondría un enriquecimiento del proyecto para esta zona verde que vendrá a dotar de vida al paseo fluvial que se abre al Guadalquivir, hoy completamente abandonado en este punto.

Restos de la Puerta de Triana de Expo92, parcialmente derribada en 2008
Puerta del Guadalquivir de Expo92, único acceso que se conserva

Tras la Exposición Universal de Sevilla, la construcción de estructuras que sirvieran de acceso a los recintos expositivos ha dado elementos de gran carga simbólica como la estación intermodal que Santiago Calatrava diseñó para Lisboa donde se concentran trenes, autobuses y metro, una gran catedral de hormigón, metal y cristal que recibió a los miles de visitantes que llegaron a la capital portuguesa en 1998. Zaragoza es, dentro de las ciudades sede de exposiciones, la que apostó con mayor fuerza por un elemento icónico que sirviese como acceso al recinto, el Pabellón puente de Zaha Hadid, una monumental puerta que se sostiene sobre el Ebro como si de un enorme gladiolo se tratase. Si bien ambas estructuras se construyeron pensando en la post expo, forman parte de una larga tradición de puertas monumentales que tienen su origen en la Torre Eiffel.

Estación de Oriente de Lisboa. Exposición Internacional de Lisboa 1998 (fuente)
Pabellón Puente de Zaha Hadid. Exposición Internacional de Zaragoza 2008
Lo que en principio supone una magnífica noticia para Sevilla, la construcción de una nueva zona verde que recupera una zona largamente abandonada, se ha convertido en motivo de controversia por el proyectado derribo de los elementos heredados de la Exposición Universal de 1992. A día de hoy la arquitectura tiende hacia la conservación, rehabilitación y recuperación de espacios frente a los proyectos megalómanos que proliferaron en los tiempos de bonanza económica. Quizás la reciente construcción de estos elementos haga que su valoración sea menor que edificios y obras de arte levantadas hace siglos. Sin embargo, la propia Gerencia de Urbanismo en su inventario de elementos públicos ya recoge estos elementos como característicos de una etapa fundamental en la historia reciente de la ciudad. Espacios creados para la Exposición Universal como los Jardines Americano y del Guadalquivir o edificios como el Pabellón de la Navegación, el de Hungría o el de Francia entre otros ya cuenta con una protección patrimonial por su valor, tanto estético como histórico. ¿Ganaría algo el proyecto de Vázquez Consuegra derribando estos elementos? ¿No sería mucho más interesante mantenerlos, ponerlos en valor e integrarlos en el proyecto como testimonio de la Expo? No permitamos que desaparezcan más elementos de la Expo y menos cuando estamos hablando de estructuras que tienen una utilidad (proporcionan luz y sombra) y que son perfectamente integrables en el nuevo parque.


>> Este post forma parte de una propuesta común de varios blogs sevillanos lanzada para pedir la conservación de estos espacios y recalcar su importancia en el paisaje de la ciudad. Aquí tenéis los enlaces a los reportajes publicados hoy:

Blog Construyendo Sevilla (enlace)
Blog El Giraldillo de Sevilla (enlace)
Blog ConCdeCorts (enlace)
Blog del Aula de Patrimonio de la Escuela de Arquitectura de Sevilla (enlace)
Blog Siglos de Sevilla (enlace)
Asociación Sevillasemueve (enlace)

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