martes, 15 de diciembre de 2015

La antigua Fábrica de Ballestas será derribada para acoger viviendas

Fábrica de ballestas con los carteles que anuncian su derribo

El patrimonio industrial sevillano vuelve, una vez más, a estar amenazado por la piqueta. La avenida de Miraflores concentró entre finales del siglo XIX y principios del XX un nutrido número de fábricas y talleres que, a pesar de no estar en funcionamiento ninguno de ellos a día de hoy, son testigo de la particular revolución industrial de la capital hispalense.


Cartel de la nueva promoción de viviendas que anuncia el derribo del edificio

El Plan General de Ordenación Urbana de 1987 protegía toda esta zona por su singularidad, al ser un magnífico ejemplo del desarrollo industrial de la ciudad concentrado en una misma avenida, con edificios de varios estilos e incluso una colonia obrera, el conocido como Barrio del Retiro Obrero, pionero en España en la construcción de viviendas y equipamientos dignos para el proletariado. El Plan del 2006 modificó, inexplicablemente, esta protección y la línea del conjunto histórico se estableció en la calla Los Polancos. De este modo, el último edificio protegido de la zona es la antigua Fábrica de Sedas de Santiago Pérez, bellísimo edificio construido por Antonio Gómez Millán en 1916. De ahí, en adelante, todo es susceptible de ser derribado, incluyendo el Garage Miraflores (en el que se está construyendo una promoción de viviendas que reutiliza parte de la fachada de Ramón Balbuena y Huertas de 1921) o la antigua Fábrica de Ballestas, edificio de 1918 que durante años fue ocupado por el supermercado El Gigante y que posteriormente fue convertido en Bingo.

Fábrica de Sedas de Santiago Pérez, límite de la protección del centro histórico

Este cambio en el planeamiento urbano ha condenado a su desaparición a una serie de edificios de gran valor histórico y etnológico. Si el añadido al Garage Miraflores ya muestra la distorsión de escalas que se ha hecho, el anuncio de una nueva promoción de viviendas en el solar del antiguo Gigante anuncia el derribo de un edificio que si bien artísticamente no resulta de gran interés, sí que aporta un sentido unitario a la avenida. Con la destrucción de la Fábrica de Ballestas y la perversión del Garage Miraflores, el patrimonio industrial sevillano queda un poco más huérfano sin que seamos capaces de valorar su importancia.

Nueva construcción de viviendas sobre el Garage Miraflores

Por perderse se ha perdido incluso el rótulo comercial del antiguo supermercado, que bien podría haberse guardado por su valor simbólico y sentimental. Dentro de pocos meses este edificio habrá desaparecido entrando a formar parte del catálogo de la Sevilla desaparecida.

Imagen de 2013 con el rótulo de El Gigante

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