domingo, 5 de noviembre de 2017

'Street Art' portugués en Sevilla: la ciudad como lienzo

Mural de Vhils en Lobo López (2017)


Sevilla cuenta desde hace unos meses con una obra de uno de los mejores artistas callejeros del mundo (CNN dixit). La obra del lisboeta Alexandre Farto (1987), más conocido como Vhils, es de lo más característica y reconocible. Gracias al uso de martillos percutores y cinceles, el artista y su equipo logran darle una nueva vida a los muros, ya estén en plena calle o en el interior de un restaurante, como es el caso sevillano.

Los promotores del restaurante Lobo López (calle Rosario, 15) tuvieron claro que su nuevo espacio culinario debía tener personalidad propia. De la reforma se encargó el estudio de arquitectura sevillano CM4, cuya propuesta ha girado en torno al patio con columnas de la antigua casa donde se ubica el restaurante. Si la decoración es de lo más sugerente, sin duda es la obra de Vhils, de cuya estancia en Sevilla se ha encargado Diwap Gallery, la que capta todas las miradas. Y es que es difícil escapar a la fuerza expresiva del rostro femenino que, desde cierta altura, te mira desafiante.



Vhils se forma en Barcelona y Berlín tras ser rechazado en la Escuela de Bellas Artes de Lisboa. Su lienzo es la ciudad y para ejecutar su obra no necesita pinceles, le basta con excavar en el muro eliminando capas de morteros hasta conseguir sacar a relucir su obra. Como si de un arqueólogo se tratase, la forma en que saca a la luz sus rostros recuerda en cierto modo a Miguel Ángel. Me explico antes de que nadie ponga el grito en el cielo. El gran artista florentino aseguraba que él lo único que hacía era eliminar la materia que sobraba para dejar respirar a la escultura que ya se encontraba dentro del bloque de mármol. Una bella metáfora que nos habla sobre la estrecha relación que siempre ha existido entre artista y materia.

Los rostros de Vhils se encuentran en ciudades de todo el mundo, desde Brasil a Corea del Sur, un basto emporio artístico cuya capital se encuentra en Lisboa, donde el artista reside y tiene su taller. A la hora de enfrentarse a los encargos, lo mismo prepara una obra para una exposición en una galería de arte que atiende la llamada de una comunidad que necesita ser escuchada y cuyo mensaje queda grabado para la posterioridad en un muro.


'Animal's Black Hole' de Víctor Ash (2010)


El de Vhils no es el único mural de un reconocido artista portugués con que cuenta Sevilla. Dentro de la ambiciosa propuesta llevada a cabo en el año 2010 en el Polígono de San Pablo bajo el lema 'Arte para Todos' nos encontramos con la espectacular intervención de Víctor Ash denominada 'Animal's Black Hole'

'Arte para todos' fue un proyecto que trajo a Sevilla a más de una treintena de artistas callejeros de todo el mundo para intervenir en diferentes edificios del Polígono San Pablo. Si bien la iniciativa no ha tenido el éxito que se auguró (se llegó a hablar de miles de visitantes que acudirían al barrio a conocer los murales) el resultado fue de lo más positivo pues dotó a este barrio sevillano de una colección de obras de arte sin parangón. 

Víctor Ash fue uno de los participantes en el proyecto y su trabajo se ubicó en uno de los bloques de la calle Éfeso. Nacido en Portugal, formado en Francia y residente en la actualidad en Dinamarca, es el perfecto ejemplo de artista contemporáneo habitante de un mundo global. Ash lleva desde los años ochenta trabajando en los muros de media Europa. Su obra ha ido evolucionando hacia el blanco y negro, dejando atrás sus llamativos y coloridos primeros diseños. Habitual en galerías de arte y museos, sus murales de animales son, quizás, lo más reconocible de su producción.

El torbellino en el que varios animales quedan atrapados sin capacidad de escapatoria es sin duda uno de los murales más interesantes de cuantos se realizaron en San Pablo. Ash supo captar a la perfección las bases de la propuesta, que tenía como finalidad reflejar los Objetivos del Milenio refrendados por la ONU. La destrucción del Medio Ambiente y el Cambio Climático tienen como principal víctima a aquellos que, precisamente, nada hacen por empeorar la situación, los reinos animal y vegetal.  La espiral en la que quedan atrapados los animales del mural nos hace reflexionar sobre esa destrucción y la ausencia de color parece no dejar atisbo de esperanza.

El arte siempre ha tendido a ocupar el espacio público. Como medio de expresión que es, durante siglos ha sido utilizado para transmitir ideas, principios, valores o autoridad. Nuestra época no es una excepción y el arte callejero se ha convertido en un modo más de mostrar una realidad artística que está más allá de museos y galerías de arte.

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